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8 de abril de 2014

Exit.Salida de emergencia.La receta de los expertos para salir de la crisis. por Silvia Gelices


Estoy leyendo este oportuno libro Exit. Salida de Emergencia. La receta de los expertos para salir de la crisis, en el que Silvia Gelices entrevista a varios economistas o emprendedores de prestigio con la idea de hallar soluciones que nos conduzcan a un horizonte más halagüeño de lo que ahora mismo vemos a nuestro alrededor. Estas notas tienen como principal intención aclararme algo yo en estos temas nada sencillos, en los que tan fácil es generalizar y salirse por la tangente. Y también dar a conocer aún más el libro de Silvia, que tal vez pueda ayudar a alguien a salir de su crisis personal. Añadir que el título me parece excelente. En cuanto al contenido, con algunos autores he de ser durilla, con otros tengo más en común, y en cuanto a la forma de contárnoslo Silvia ha escogido un formato ameno, la entrevista, que para el lector ajeno al campo económico es perfectamente asumible y hasta agradable.



 Vamos al meollo de lo que trata el libro.
Empezaré diciendo que cada uno de los entrevistados tiene un curriculum que le avala y de todos ellos podemos aprender,  estemos en mayor o menor acuerdo. Con algunos estuve un poco molesta y ahora reconozco que a pesar de mi disconformidad me han llevado a releerlos y a ir concretando mis ideas. Así que agradezco, a pesar del mosqueo. Algunos nos muestran unas recetas poco originales, en la línea del pensamiento económico dominante, a nivel macroeconómico. A nivel "micro" sí parecen innovar un poco con sus consejos. Sin embargo recetar que cada uno espabilemos por nuestra cuenta no deja de ser más de lo mismo: no criticar para nada este injusto sistema económico, apelar a la competitividad salvaje al que este capitalismo nos aboca y a culpabilizar, en cierto modo, a aquellos que no salen de su penosa situación. Y es algo que hay que señalar porque es desde la conciencia de lo que no funciona que podemos transformarlo. Demónos cuenta que hay una responsabilidad individual y también otra colectiva.

En una devacle como la que padecemos y que está siendo aprovechada para hacernos retroceder en derechos a épocas pasadas, no se puede mirar para otro lado y al pan hay que llamarlo pan, y al vino, vino. Encuentro que alguno de los autores es algo tibio a la hora de señalar el origen de la crisis y también algo inocente a la hora de ofrecer soluciones. Las recetas han de acercarnos a soluciones sociales, no sólo personales, a mi entender. Y en esta línea coincido plenamente con Arcadi Oliveres, por lo que recomiendo especialmente las páginas en que responde a las preguntas de la periodista Silvia Gelices. Es la lógica del capitalismo en sí lo que debemos transformar. Son los valores egoístas que hay detrás de este modelo que llevan a constreñir a muchos y expulsarlos a la cuneta. La lógica del capitalismo obedece a la concentración del capital cada vez en menos manos.

De Leopoldo Abadía, esperaba una postura más incisiva, después del  análisis que hizo en su día con su libro La crisis Ninja y otros misterios de la economía actual. Me parece suave decir que cuando se arregle la Banca, asunto solucionado porque la Banca por si sola no se va a arreglar, ni se está arreglando. El "banco malo",  que tan bueno nos pintan, no deja de ser otro parche, ya que no hay un gobierno fuerte que esté por la labor de la transparencia, y esos "activos tóxicos" nos los vamos a comer entre todos los ciudadanos , como bien apunta Gonzalo Bernardos, lo cual me parece una descomunal injusticia. La prueba es que tras la barbaridad de trasvase de fondos públicos para el rescate de la Banca, esta sigue con sus desmanes y el poder político no ejerce para ponerle las pilas, aunque ya empiezan a anunciar pingües beneficios.
El poder financiero, y no elegido democráticamente es quien manda y esto hay que decirlo.  Me hubiese gustado oírle decir que es intolerable que el Banco Central Europeo esté dando crédito al 1% a la Banca Privada. Nos dicen que para que haya crédito. En lugar de esto la Banca compra Deuda Pública al 3-4 o 5% y más, y hacen su gran negocio. A cambio los intereses de la Deuda crecen exponencialmente y los gobernantes nos hacen pagar la factura a base de recortes en sanidad, educación, etc. Ha habido un momento de oro para cambiar estas formas de hacer. Hay una parte de la deuda que no es moralmente aceptable y deberíamos catalogar como ilegítima. Además la política fiscal es terriblemente injusta.
Es cierto que Abadía nos dice que hay que globalizar la decencia y en esto le doy la razón, y también, añado yo, que estos niveles enormes de indecencia, nos responsabiliza a unos más que a otros y esto también hay que decirlo.

.. En cuanto a Valls, cuando afirma : "Estoy convencido de que nuestra personal e intransferible "salida de emergencia" consiste en aumentar nuestro conocimiento (aprender), nuestras habilidades (entrenarnos) y mejorar nuestro carácter(reeducarnos), para simultáneamente incrementar nuestra productividad y contribuir con ello a hacer más sopa, y desarrollar nuestra eficiencia, lo que nos permitirá acudir al reparto con una cuchara más grande",  me convence sólo en parte, porque para mí, la cosa es ser capaces de redistribuir la sopa mejor, ya ni siquiera me planteo como necesidad hacerla más grande, más bien sería lo contrario. Recordemos que el modelo energético tiene los días contados. El mundo necesita pasar sí o sí al empleo de las renovables, sino queremos colapsar.
 El planteamiento para mi es cambiar competitividad e individualismo por colaboración,como apunta Xavier Verdaguer, a la vez que nos damos cuenta que tal vez no es necesario crecer tanto, sino emplear mejor lo que tenemos, y eliminar el despilfarro. Claro que Joaquim Valls habla de una salida "personal e intransferible" y yo quisiera una salida para el conjunto de la sociedad. Y hemos de reconocer que en este mundo no todos somos capaces de ese emprendimiento. No podemos culpabilizar a  gran parte de personas que el capitalismo deja al margen, porque ni que lo intenten tienen posibilidades. Esto sólo sería posible si cambiamos conceptos como el de maximización de beneficios y empezamos a ser más amorosos con el prójimo, en la línea del acertadon  Joan Mélé, de manera que esa riqueza que queda inmovilizada en unas cuantas manos empiece a circular y no persiga una mayor acumulación. No podemos obviar un hecho: y es que el 1% de la población controla el 99% de la riqueza y esto es lo que trae la crisis para el 99% de la población. Y esto es lo que hay que cambiar a través de políticas fiscales progresivas y eliminando paraísos fiscales.

Tal vez  interpreto erróneamente el optimismo que algunos pretenden comunicar. Es posible que  me deje llevar por conceptos ya aprendidos, por mis creencias y sensibilidad. Me ocurre que cuando me hablan de no ser víctima sino hacernos responsables de lo nuestro, como hacen algunos de los entrevistados, entre ellos en concreto Sergio Fernández, me parece bien sólo en  parte y hay algo en mí que chirría y me dice " alerta, por aquí te quieren convencer de algo que no es del todo así". Me explico. No cabe duda de que ante la adversidad puedo elegir entre quejarme y hundirme en la miseria o  prepararme y ver las oportunidades. Hasta ahí de acuerdo. La otra parte es que, como decía más arriba, un gran porcentaje de la población, teniendo en cuenta las graves circunstancias de la actualidad, es incapaz de crecer y reconducirse, porque no tienen recursos ni posibilidades,  o no las suficientes. Este reinventarse no sirve para todos y esto hay que entenderlo. Y estas nuevas corrientes, en cierto modo crean un sentimiento de culpa en la persona que no es "exitosa", que son la mayoría. Y no es de recibo culparles, cuando sabemos como se están infringiendo las leyes, más allá de lo moralmente aceptable, lo cual conlleva a hacer cada vez mayor la brecha entre ricos y pobres. Me gusta Miquel Àngel Violan cuando afirma " ...no se trata de idealizar las crisis como oportunidades de crecimiento" (1), algo que está muy de moda.

No quiero dejar de decir alto y claro que de esta crisis sólo podremos salir si somos conscientes de que hemos de hacer una transformación personal sin dejar de hacer un cambio en de las reglas de juego, una transformación en lo social. No podemos dormirnos a nivel individual, ciertamente. Y a la vez hemos de ver que esto sólo es insuficiente para lograr la dignidad de los seres humanos en global. Es bonita la idea de Violan sobre los delfines, que son cooperativos y "...ponen su inteligencia al servicio de los otros y así sobreviven." (2)

El análisis de  Arcadi Oliveras me parece de los más acertados, junto al de Bernardos, en algunos puntos. No en balde Oliveras encabeza junto a Teresa Forcades un movimiento revolucionario que es el Procés Constituent, que pretende construir un nuevo marco de reglas del juego, donde sea posible la dignidad universal. Y por ahí sí que vislumbro yo una posible salida de la crisis, aunque no creo que los que ahora controlan el status quo, vayan a permitir un cambio pacífico, y dejarse perder los privilegios de que disfrutan sin importarles a penas los "daños colaterales" que llaman ellos a los miles de parados...Y este nuevo orden, la construcción de este Proceso Constituyente sí necesita de toda nuestra responsabilidad como individuos, sí necesita de nuestro esfuerzo y dedicación a lo social, a la política, que no es otra cosa que entenderse para arreglar los problemas que nos afectan a todos. Como dice Oliveras: "...reactivar la economía desde el capitalismo es algo que el planeta no soportará (...) la mirada puesta en que el ciudadano cambie su manera de vivir centrándose más en el ser y no en el tener (...) consciente de que el consumo y la felicidad no tiene nada que ver." (3).  Y añade: "Lo que se ha hecho hasta ahora para salir de la crisis es la antítesis de lo que se tendría que hacer, que es repartir el trabajo, eliminar el fraude fiscal, dejar de salvar bancos, procesar a los banqueros, hacer una reforma fiscal en profundidad (4) .
Si bien es cierto que está crisis nos va a obligar a espabilar como individuos, no hemos de olvidar lo colectivo. De esta crisis vamos a salir sólo en la medida en que las personas pensemos en colectivo y nos olvidemos de la competitividad entre nosotros, para pasar a exprimir nuestras propias competencias pensando en la colaboración con otros en pro del bien común.

Tenemos que hacer un esfuerzo por ser realistas, sin dejar de ser soñadores, es decir ilusionarnos en que el cambio es posible, y no caer en la resignación, como apunta Xavier Verdaguer, que añade que son necesarias también la pasión y perder el miedo. Y en esto coincido con él .

Para algo ha de servirnos la utopía, como explicaba el escritor Eduardo Galeano, y es para caminar, para ir acercándonos a ese mundo menos injusto y que atienda al ser humano y deje de verle como un mero consumidor.  Y para ello estamos, para construirlo entre todos, con responsabilidad, más allá de los egos.



Suerte Silvia, con tu libro, que espero sirva a algunos para salir de su propia crisis y a la vez darnos cuenta que de esta o salimos juntos o no se salva ni el apuntador.

Y mientras vamos caminando, podemos escuchar un CD de hace ya unos añitos, de Celtas Cortos titulado también Salida de Emergencia, compuesto por varios hermosos temas de rock celta. Muy inspirador.



Notas del libro:
 Silvia Gelices, Exit. Salida de emergencia. La receta de los expertos para salir de la crisis, Editorial Círculo Rojo, 2013, citas (1) y (2) pág.166 ; (3) y (4) pág.46 y 47





 

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