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14 de octubre de 2013

Julio Anguita: Frente Cívico pacífico hacia un Proceso Constituyente.

 En estos momentos que vivimos se hace necesaria la lucha y la unión, y dejar al lado los egocentrismos  y las diferencias. La lucha por el Bien Común pasa porque seamos un "Gandhi pacífico" en palabras de Anguita, que cale en las conciencias con paciencia y tesón. Y aunar fuerzas en un Frente Cívico, independiente de los partidos convencionales,  que aglutine a toda persona que ve que hemos de construir un cambio a un mundo mejor entre todos, lo cual no excluye a nadie por el hecho de ser militante en cualquier fuerza política. Hemos de trascender las etiquetas, para ponernos de acuerdo en unos cuantos puntos programáticos que lejos de separarnos, nos den fuerza. Se hace imprescindible evitar los errores que en el pasado han incurrido las izquierdas, y es que siempre andan desunidas por matices que,  al producir rupturas, les restan toda la capacidad. La unión hace la fuerza. ¡A ver si ya lo aprendemos!
El capital sabe cuál es su objetivo y no tiene fisuras. El capital busca el crecimiento per se, la acumulación de riqueza y los beneficios y no tiene entrañas. Y no contabiliza mejor porque es ciego y no se da cuenta que la Tierra tiene un límite.   Bueno...
La justicia social necesita unión de los ciudadanos para cambiar unas estructuras hacía un modo de organización más amoroso con las personas y la tierra, evitando sustituir un poder ineficiente por otro que acabe siendo igual de egoísta.
Hace falta inteligencia amorosa, querer hacer bien las cosas, controlar al poder para que no se corrompa, y construir con amor.

 El cambio sólo es posible desde la lucha y la unión y así crear un Proceso Constituyente, que no deja de ser un marco, unas reglas de juego que decidamos entre todos, de forma pacífica y democrática desde abajo hacía arriba. Creo que podemos afirmar que el capitalismo, esta forma organizativa en que nos encontramos inmersos, es un absoluto fracaso para la mayoría de los pueblos. Y ahí estamos, permitiendo que una minoría controle la mayor parte de riqueza. Porque, al margen de maniqueísmos, una organización social que expulsa de una vida digna a sus ciudadanos, y que permite tales desigualdades, para mí es tan ineficaz como indeseable. Entonces está justificadísimo que entre todos busquemos una nueva forma de organizarnos , un nuevo marco, unas nuevas reglas. No se puede tolerar ya tanta corrupción en una clase política miope que sólo mira el corto plazo y la permanencia en la silla, con unos sueldos que ni en sueños tendrían en otro lugar, y además con dietas, desplazamientos, dobles cargos. ¡ Esto es una desvergüenza!
Y no me digan que esto es Democracia. Ir a votar cada cuatro años, tener una prensa medio libre, y una inexistente separación de Poderes,  no es Democracia.
Así que señores y señoras ciudadanas si queremos dejar de ser víctimas de esto, hemos de mover el culo del sofá y empezar a movernos, por nosotros y nuestros hijos.

 Es lo mismo, creo, que en Cataluña defiende el Procés Constituent con Teresa Forcades y Arcadi Oliveres como cabezas visibles.  Da igual la bandera, lo importante es construir un cambio a mejor, y tener los Gobiernos cerca de la gente.

Os dejo un par de enlaces muy recomendables:


Discurso de Julio Anguita sobre cómo hacer para cambiar las injusticias.

Enlace al blog frentecívicoalicante donde encontraréis amplia información


Proceso Constituyente 


 Y por si a alguien le interesa una anécdota personal, que me apetece contar.
Una vez, cuando era adolescente, estuve en una fiesta del PCE en Madrid. Eran aquellos años emocionantes, en que se respiraba mucha ilusión y ganas de cambiar las cosas. Me ocurrió una pequeña anécdota que en aquel entonces me dolió y que luego comprendí .
No era yo muy mitómana, nunca me he tenido por ello. En cambio sí era y sigo siendo bastante impulsiva, aunque empiezo a poder gestionarlo. Bueno la cosa es que paseando por la Casa de Campo, vi a Julio Anguita, y sin pensarlo me acerqué a saludarlo, y su respuesta fue brusca y de rechazo. Yo me quedé muy desconsolada y en fin pensé que era un antipático. Más tarde y dada la coherencia de pensamiento y acción que ví, y veo, en Anguita, elaboré aquella situación, y me digo a mí misma que es tan íntegro Anguita, que aquello de que le saludasen las multitudes no le debía parecer bien (aunque yo era una sola, probablemente no fui la única en acércarsele). Debía equipararlo como cuando saludan a su ídolo los miles de fans. Él en su humildad no era amante de saludos indiscriminados. No sé, esa es la película que yo me monté .
Lo verdaderamente importante es que el Profesor Anguita me parece una de las mentes interesantes y lúcidas de este país. Agradezco sus esfuerzos y coherencia. Y desde aquí le mando un abrazo virtual deseándole mucha salud para seguir contando con su trabajo, y si alguna vez me lo encuentro personalmente, si no hay alguien que nos haga de enlace, no le molestaré, aunque es de aquellas personas con las que me encantaría tener una conversación con un buen té en una mesa de la hermosa ciudad de Córdoba. Le admiro Señor Anguita. Me quedo con su sonrisa, su mirada inteligente y sus palabras sosegadas y sabias.

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